miércoles, 3 de julio de 2013

El Delta y el cambio climático

 El lugar de la Argentina que elegimos para describir como el cambio climático lo afecta es el Delta del Paraná, que recorre la provincia de Entre Ríos. Se ubica al Suroeste de la Provincia entrerriana y noreste de la Provincia de Buenos Aires. 

Estas islas deben su existencia a la gran cantidad de sedimento que acarrea el agua del Paraná. Estos sedimentos están poblados por juncos, ceibos, pajonales y otras especies que contribuyen con sus raíces a consolidarlas, ya que posteriormente son colonizadas por otras especies. El Delta del Paraná de este modo va avanzando sobre el estuario del Río de la Plata; las islas que se forman son características: sus costas o riberas son más elevadas que sus centros y en los centros isleños suelen existir pantanos y pequeñas lagunas.


Ahora bien, dado que es una zona inundable e influenciada por el movimiento de las mareas, el Delta sufre los efectos del cambio climático dado que el nivel del mar se ha elevado en los últimos años. Esto ocasiona la modificación en las corrientes hídricas, lo que provoca que las aguas del Paraná detengan su avance o directamente retrocedan tras su cauce. 


Los fenómenos meteorológicos a gran escala son cada vez más fuertes en extremidad, como lo son las lluvias abundantes en poco tiempo, tormentas a gran escala seguidas de sequías prolongadas. Todo esto, sumado a la utilización de tierras para el cultivo de soja, va quitándole terreno al Delta. Especialistas indican que cumple una función crucial en cuanto al desagote de las tierras, ya que si el Río de La Plata subiese su caudal, así lo haría también el Delta entrerriano, lo que dejaría automáticamente bajo el agua a ciudades como Gualeguay, Gualeguaychú, o incluso Buenos Aires.





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